miércoles, 10 de octubre de 2007

el arte de viajar en bicicleta


Ensayando la bicicleta

La bicicleta…… dos ruedas. Una silla donde sentarse para viajar, ver mas allá, una maquina que transporta no solo a su motor vivo sobre ella, el motor humano; sino las pertenecías, sentidos y sentimientos de ese ser en movimiento.















La bicicleta me ha dado a paseos por las veredas de Bogotá, Chía y sus alrededores. Recuerdo mi caída para la cual acudí al médico y me cogieron puntos.

Qué diferencia montar en la ciudad a montar por las veredas del campo, aparecen filtros de selección y de disfrute, cada quien según sus gustos se siente bien con una cosa o la otra. Yo se que disfrute mucho la época en la que casi todos los fines de semana montaba por vías de piedra, de tierra, veía el pasto, las vacas, y otras personas que me pasaban o venían en sentido contrario. Las imágenes aparecen en el camino y la bicicleta te da el poder de mirar un paisaje para verlo y a la vez sentirlo. No te aísla, ya que en una bicicleta la posibilidad de caer al suelo existe y de sentir las piedras del camino, je, o sentir el aire dependiendo de la velocidad a la que vas, el agua que salpica de los charcos o de la lluvia que cae directamente sobre tu cuerpo.

Maquina que aparece en el siglo de la era industrial, el hombre se ve relegado por la maquina pero la bicicleta no funciona sin el hombre, esto es algo para analizar, es un ejemplo de esas cosas que surgen de la experimentación y la necesidad. En Asia, especialmente en China y la India, es el principal medio de transporte y aparece como una opción sana y entretenida de movilizarse. La bicicleta como maquina me brinda la posibilidad de utilizarla no solo para desplazarme, se convierte en una herramienta como filtro del exterior, en un dispositivo que como extensión de mi cuerpo me permite cómodamente recorrer y sentir el medio que atravieso. Llevo mis recuerdos y recojo nuevos, recuerdos como imágenes proyectadas en movimiento. Movimiento de mis pies que acciona el desplazar de mi cuerpo, el parar, la caída, el recuerdo. Siempre voy a recordar el instante de la caída y el lugar, así como los paseos por las veredas de Chía.

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